El Reloj del Destino
El día que Laura compró aquel smartwatch rosa con detalles dorados, jamás imaginó que estaba adquiriendo más que un simple reloj de moda. Lo había elegido por sus funciones avanzadas: monitoreo de salud, rastreo de actividad, notificaciones… pero nadie le dijo que también podía predecir el futuro.
La primera señal llegó al día siguiente. Caminaba por el parque cuando su muñeca vibró. Miró la pantalla y leyó: "Cuidado con el café." No entendió el mensaje hasta que, minutos después, un ciclista pasó demasiado cerca y derramó el capuchino de otra persona sobre su abrigo nuevo.
Pensó que era una coincidencia. Pero luego, en una reunión de trabajo, el smartwatch le mostró otro mensaje inquietante: "No confíes en Marco." Justo ese día, Marco, su compañero de oficina, tomó crédito por una idea suya frente al jefe.
Laura empezó a obsesionarse. ¿Cómo podía el reloj anticiparse a los hechos? ¿Era un error del software o algo más? Decidió probarlo. Una noche, antes de dormir, preguntó en voz alta:
—Si realmente puedes ver el futuro, dime qué pasará mañana.
Al día siguiente, la pantalla del smartwatch mostraba solo dos palabras: "No abras la puerta."
Laura se rió. ¿Qué tipo de advertencia era esa? Pero cuando sonó el timbre esa tarde, su risa se congeló. Miró la pantalla del reloj, luego a la puerta. Su corazón latía con fuerza.
El timbre sonó de nuevo.
Laura se quedó quieta. ¿Y si era un malentendido? Pero entonces notó algo en la pantalla del smartwatch: "Corre."
Sin dudarlo, tomó su bolso y salió por la puerta trasera.
Nunca supo quién o qué la esperaba al otro lado de la puerta principal. Y quizás… era mejor así.
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